Hoy que los
moteros van en mocasines, aún te sigo deseando; hoy que nos ocultamos tras los
terminales para no dar la cara, tu sigues alumbrando mi camino; hoy que la tan depreciada
moral ha emigrado hacia tiempos mejores, me sigo admirando de tu pujanza y
entereza; hoy que el pulso de la multitud se ha congelado con tanto impacto
mediático, yo me sigo nutriendo de tu calor y de tu desproporcionada energía.
En estos
días de moderna soledad, nosotros resistimos rematando el cielo en nuestra
arcana y quijotesca persecución, un día tras otro, en este inagotable girar,
nuestras enormes diferencias nos acercan cada vez más. A diario me agasajas con
tu preciosa y portentosa mirada para darle fulgor a mi noctámbula vida. Supongo
que vendrán tiempos mejores e incluso mucho peores, pero nuestro amor perdurará
por siempre hasta que nos consuma y presumo que para ello aún quedan varias
civilizaciones por extinguirse, así que otra noche más te acuesto con un buenas
noches.
Hasta mañana
sol de mi vida.
Luna.