En mi realidad personal y verdadera, la primera vez que experimenté el pop arrimado a la música africana, fue a cargo de Paul Simon. Una tarde, quiero imaginar que soleada, estaba yo viendo junto a mi madre aquel concierto de “Graceland” en tierras africanas emitido por el UHF de la remota televisión de mis años mozos.
¿Qué cómo aparecí allí? ¿qué cómo no estaba jugando? ¿qué cómo coincidió todo? Pues si estaba yo solo, y no estaban ninguno de mis hermanos, supongo que me habrían castigado; además aquella televisión con tubo de rayos catódicos, aún no expulsaba tanta basura, y sobretodo, que únicamente había dos canales, así que prácticamente era cuestión de tenerla encendida. El ensueño de aquel concierto fue una experiencia que me impactó enormemente y lo recuerdo con mucho cariño, tanto, que años después le regalé el casete de aquel concierto a mi madre por su cumpleaños, regalo que, cuando menos, la dejó estupefacta. Supongo que ella no debió de disfrutarlo en aquel momento tanto como yo, pero en mi entelequia estaban por siempre asociados Paul Simon y la silenciosa compañía de mi madre, fue una bonita manera de cerrar el círculo. Con el tiempo, la pobre mujer se decidió a escuchar el extravagante presente de su hijo, el especial, y con las escuchas aprendió a disfrutar del pop africano procedente de un pretérito cantante protesta americano que conocía de oídas y que no podía entender, pero que le transmitía una emoción similar a la de sus cantautores preferidos.
A mí, personalmente, 25 años después me sigue sonando increíblemente bueno.
The Boy in the Bubble
Fue un día lento
Y el sol pegaba
A los soldados por el lado de la carretera
Había una luz brillante
Una rotura de escaparates
La bomba en el cochecito de bebé
Estaba conectado a la radio
Esos son los días del milagro y la maravilla
Esta es la llamada de larga distancia
La forma en que la videocámara nos sigue en cámara lenta
La manera en que nos vemos a nosotros mismos
La manera en que vemos a una constelación distante
Que se está muriendo en un rincón del cielo
Esos son los días del milagro y la maravilla
Y no llores bebé, no llores
No llores
Era un viento seco
Y arrasó a su paso por el desierto
Y se enroscó en el círculo naciente
Y la arena muerta
Cayendo sobre los niños,
Las madres y los padres
Y el planeta automático
Esos son los días del milagro y la maravilla
Esta es la llamada de larga distancia
La forma en que la videocámara nos sigue en cámara lenta
La manera en que nos vemos a nosotros mismos
La manera en que vemos a una constelación distante
Que se está muriendo en un rincón del cielo
Esos son los días del milagro y la maravilla
Y no llores bebé, no llores
No llores
Es un tiro, salto y bucle
Todo el mundo es una estrella del salto
Cada generación arroja un héroe en las listas pop
La medicina es mágica y lo mágico es el arte
El chico en la burbuja
Y el bebé con el corazón de mandril
Y yo creo que
Esos son los días de los láser en la selva
láser en la selva, en algún lugar
Signos de staccato de información constante
Una libre afiliación de millonarios
Y multimillonarios y nena
Esos son los días del milagro y la maravilla
Esta es la llamada de larga distancia
La forma en que la videocámara nos sigue en cámara lenta
La manera en que nos vemos a nosotros mismos
La manera en que vemos a una constelación distante
Que se está muriendo en un rincón del cielo
Esos son los días del milagro y la maravilla
Y no llores bebé, no llores
No llores
Una joya: