¿Sabes ese
día que tienes concierto?
Sí, ya sé
que ahora ir a los conciertos se ha convertido en algo cool que se cuenta a través de redes sociales, preferiblemente desde
un iPhone, pero hoy quisiera yo reivindicar el espíritu tradicional de los conciertos
(uuuy que conservador ¿no?). Pero es que hoy toca rock&roll abrazado a los colegas, hoy habrá miradas cómplices y
vasos volando del cielo al suelo, hoy te acompaña ese miedo sordo a que fracase
tu grupo favorito en directo que le da picante a las horas previas, botarás a la
explosión de la primera canción y beberás más de la cuenta aunque mañana haya
que trabajar. Estás poseído por los demonios del rock, aquellos que nos hablan cuando
reproducimos discos del revés en nuestros oscuros ritos del mal. Ya sabes.
Así que hoy trataré
de disfrutar del ambiente, de mis amigos, de la música en vivo, porque hoy toca
rock&roll, hoy toca sacar los
cuernos de paseo y no perfumar a la concurrencia con la última colonia de Angel Schlesser, hoy toca sudor y darlo
todo, festejar al máximo sin hacer fotos, sin grabar videos, que lo haga otro,
que yo mañana, si he sobrevivido, podré perpetuarlo gracias al esfuerzo de
otros.
Soy totalmente
consciente de que todo esto que os digo es siempre desde la atalaya de sosiego que
aporta la anodina luz de mi cubículo, pero me temo que en cuanto me encuentre
con mis amigos transmutaré en aquel tirabuzón de energía grupie que no tiene la
más mínima vergüenza, como me pasa siempre. Pero prometo intentarlo.