Resulta extraño como van casando unas canciones con otras, casi accidentalmente se van colocando unas junto a otras sorprendiendo a sus discípulos por la anarquía y la inesperada dirección que pueden tomar a veces los acontecimientos.
Realizar una lista con las canciones que te gustan siempre es un misterio a resolver. Primeramente tratas de imponer tu criterio, comienzas por la que más te gusta, pero esta se escurre, no quiere partir desde el silencio, entonces, la de abrupta apertura se postula y tras ella se va resolviendo un crucigrama estupefaciente de gustos y estados de ánimo, que seguramente para cualquier otra forma de vida no debe tener sentido alguno. Pero cuando al fin terminas y todo encaja, corres hacia tu coche para realizar unos 45 minutos de carretera en donde poder subir el volumen y disfrutar de toda aquella ambigua labor de semanas o meses de recolección por las huertas que habitan entre las ondas y tu cabeza, para su posterior colocación, recolocación, frustración, abandono y resurrección cual ave fénix que nos llevará hasta el éxtasis durante aquellos primigenios minutos suscitando la satisfacción urgente a la vez que inexplicable, que nos mueve a seguir buscando entre las musas del coro de Apolón, hermano de Artemisa.
Y en capítulos anteriores: Starting #12, Fighting #12, Driving #12, Swimming #12 y Roller Coaster #12.
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