Kevin: Papá, quiero ser tenista.
Papá: ¿Pero cómo que quieres ser tenista? Hijo, tu no puedes ser
tenista.
Kevin: ¿Por qué no?
Papá: Porque el bisabuelo Baker fue portero del Everton en los años
20; porque el abuelo Eddie era una auténtica
brújula en la delantera del Everton, y porque yo mismo he defendido durante
años la camiseta de los Toffees. Llevamos
generaciones luchando por estos colores, para que ahora llegue el niño y me
diga que quiere ser tenista.
Kevin: Como Ferrero.
Papá: ¿Has oído Matilda? que el niño quiere ser tenista, como Ferrero
dice.
Mamá: Archibald deja al niño que sea lo que quiera ¿no?
Papá: Pero como que deje al niño que sea lo que quiera ¿y entonces la
saga familiar más importante que haya dado el Everton Giants al retrete por que el niño quiere ser tenista? Ya lo
estoy viendo en The Sun, toda una
generación de célebres futbolistas al olvido por que el niño quiere ser
tenista.
Kevin: ¡Jo papá! ¡no te metas conmigo! a mi no me gusta el futbol, yo
quiero ser tenistaaaaa.
Mamá: Ya has hecho llorar al niño. Archi eres un desastre ¡no puedes
dejar al niño en paz!.
Papá: Vale, vale, lo siento, lo siento... a ver Kevin ven, anda,
cuéntame eso de ser tenista..
Kevin: ¡No quiero!
Papá: Kevin no te hagas de rogar... ven no seas tonto. Eso es, así me
gusta, a ver que te limpie esas lágrimas y me cuentas lo de ser tenista.
Kevin: Pues eso, que hoy en el cole nos han preguntado que queremos ser
de mayor y lo he estado pensando mucho y de mayor quiero ser tenista, como
Ferrero.
Papá: Bien hijo, que le vamos a hacer, si quieres ser tenista, estoy
seguro que serás el mejor tenista del Reino Unido, pero por qué Ferrero ¿ése no
es español?
Kevin: ¡Mamaaaaaa!
Mamá: ¡Archibald no empieces de nuevo y deja en paz al niño! ¡mañana le
apuntas a clases de tenis!
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