Muchas veces
me pregunto quien soy en realidad y con la aurora me asaltan las dudas frente
al espejo ¿soy esta cara y estas ropas? o ¿soy aquellas palabras y aquellas
fotos en mi vagabundeo diario?
El relato de
mi vida se escapa del mundo real hacia las sombras, pero intuyo que nunca conseguiré
huir del conflicto que supone ser maestro de nada. Son tantas las veces que he
intentado desertar de lo físico que a veces he llegado a dudar de mi propia existencia
en el mundo real. Si no fuera por los pocos seres queridos que aún conservo me habría
desvanecido a través de la memoria residual de la gente corriente, y supongo
que es por eso que lucho a diario por extraer ese extraño mineral de las
profundidades que socaban mis intestinos, porque de alguna manera entiendo que
allí se debería de encontrar la luz que pueda alumbrar las calles, que pueda descifrar
si mi vida es real o ficticia. Soy contradicción y lucharé perenne por sobrevivir
a la realidad desde las catacumbas de mis utopías y simulacros.
Seguramente
nada de esto tenga sentido, pero es más profundo de lo que yo pueda excavar y considerablemente
más grande de lo que mi obstinación pueda sobrellevar, así que seguiré
escudriñando hacia dentro intentando mantener el equilibrio para no caer a lo
insondable y desaparecer en cualquier rincón de un hospicio estatal.
muy acertado, perico.... exactamente igual que todos (o casi)
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