Luis aguardaba
ansioso en el sofá con la mirada clavada en las manecillas del reloj a la
espera de que por fin dieran las 5 de la tarde. Hacía una hora que se había duchado,
se había vestido y se había peinado, pero ese maldito y andrajoso reloj de cuco se
negaba a avanzar con la celeridad en que su corazón hacía sudar a sus axilas. El
tiempo pasa tan despacio cuando uno desea algo que se hace insoportable la
espera. Aquella mañana Lucía le había pedido que lo acompañara a la tarde para
estudiar en la biblioteca y él había regresado corriendo desde la escuela para
contar con el tiempo suficiente de quitarse aquel horrible uniforme escolar e intentar
adecentar lo suficiente su ya de por sí penoso aspecto, pues era consciente de
que sólo tendría esa oportunidad, así que buscó en el armario lo que a su
entender eran sus mejores galas, un polo que le compraron para la comunión de
su prima, unos vaqueros con un roto en la rodilla que le hacían sentir más osado
y las zapatillas de baloncesto sin abrochar y con la lengüeta por fuera.
A menudo recuerda
Luis aquella tarde como la más importante de séptimo de primaria, la tarde en
que comenzó el mundo que se extendía más allá de la casa de sus padres y de la
escuela, un mundo que se mostró al alcance de sus manos para ser explorado y
explotado por aquellas ansias de verlo y de conocerlo todo. Aquellos tiempos en
que aún todo era posible.
Middle sea
I don’t wanna wait forever
I don’t wanna wait
I wanna it now
I don’t wanna wait forever
I don’t wanna wait
I wanna it now
Move away across the ocean
Move away across the ocean
Is the dream
I don’t wanna live forever
I don’t wanna live
I want you now
I don’t wanna live forever
I don’t wanna live
I want you now
Move away across the ocean
Move away across the ocean
Is the dream
Move away across the ocean
Move away across the ocean
Is the dream
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