jueves, 20 de febrero de 2014

Angel Stanich - Metralleta Joe



Aguardo sentado en el banco del parque, la gente viene y va, las palomas lo invaden todo y los niños juegan a policías y ladrones entre las sombras de los árboles, las papeleras para excrementos de perro y las máquinas de rehabilitación para la tercera edad; marco de nuevo el número y lo dejo sonar, esta vez Big Tony sale de la cafetería suplicando clemencia con la mirada, pero en este negocio las deudas se pagan Big, cuando se encuentra a medio camino de su apresurado intento de parar lo inevitable el pequeño negocio salta por los aires, todo el mundo se tira al suelo o huye menos nosotros dos, alguien llama por teléfono y unos minutos después la policía lo acordona todo. La muerte acecha y de nuevo nos demuestra que estamos vivos, la sangre golpea nuestras sienes hasta dolernos la cabeza, las lágrimas se asoman a los balcones, de pronto el miedo nos recuerda que alguien nos espera en casa.

Los curiosos se congregan alrededor del cordón policial para percibir más nítidamente el horror, para tratar de comprender; la policía intenta infructuosamente espantar a la concurrencia, para facilitar el trabajo de los servicios de emergencia e interrogar a nuestro Big Tony sobre lo sucedido. Aquí termina mi jornada, le guiño un ojo desde la distancia a su rostro pálido y me marcho a desayunar a la cafetería que hay al otro lado del parque.


martes, 18 de febrero de 2014

Rookie Zombie




En el fondo del callejón nos amontonamos al rededor de nuestra última víctima y cada uno pellizca lo que puede de los restos de cerebro que se han pegado a la base del cráneo, ahí es donde residen los mejores recuerdos, dentro de unas glándulas que posibilitan la percepción y la comunicación, engullimos sus experiencias y anhelos con pausa, devoramos su vida con deleite, como a nosotros nos devoraron la nuestra. Es un ritual que puede pareceros sangriento y brutal, pero es un ritual que por unos instantes nos acerca de nuevo a una vida y a unos recuerdos ya olvidados.

Y no es que ahora vivamos demasiado mal como zombis, uno se acostumbra a esta rutina nuestra, a veces tan irritante, que es la total ausencia de velocidad, también te habitúas al hedor, ya que no tenemos sentido del olfato. Pocas veces estamos solos y no nos preocupamos por nuestro aspecto, por el trabajo, por los hijos, por la hipoteca o por nuestro equipo de fútbol. Tenemos todo el tiempo del mundo para vagar de acá para allá en pos de conquistar el mundo, puesto que nosotros no podemos a morir, pero algunas veces, cuando devoramos un cerebro, una pequeña descarga, una corriente eléctrica recorre nuestras venas ciegas y nos recuerda que una vez estuvimos vivos.


viernes, 14 de febrero de 2014

VIERNES TOCA CLÁSICO - Whiskeyclone Hotel City 1997



No sé muy bien por qué, pero esta vez todo es distinto, desde que él regresó no se ha levantado de su sofá ni de noche, ni de día; permanece ahí, con la mirada clavada en la calle, pero no parece buscar nada de lo que pudiera suceder fuera, eso nunca le ha interesado mucho, mira más allá, como si hubiera conectado con otra dimensión. No come, no bebe, no duerme, dudo seriamente que pueda aguantar mucho en esta situación.

Si él no regresa pronto de donde cojones esté, si es su cuerpo lo único que me va a quedar de él, prefiero no tenerle, me destroza el alma verle ausente porque sé que esta vez ha tomado una decisión definitiva para acabar con todo esto y no piensa contar conmigo, ya no necesita de mi cariño, ni de mis cuidados, pero yo si le necesito, necesito de su fuerza, necesito de su amor y necesito de su guía para sobrevivir. Pero si es verdad que ha partido para no volver significa que esto es el fin.

Whiskeyclone, hotel city 1997

I was born in this hotel
washin' dishes in the sink
magazines and free soda
tryin hard not to think
lay it on to the dawn
everything we done is wrong
I'll be lonesome when I'm gone
lay it on to the dawn
she can talk to squirrels...oh, ho yeah
comin' back from the convalescent home...oh...
starin' at sports cars ... crying

rattlesnake on the ceilin'
gunpowder on my sleeve
I will live here forever
with the ocean and the bees
lay it on to the dawn
everything we done is wrong
I'll be lonesome when I'm gone
lay it on to the dawn
lay it on to the dawn
lay it on to the dawn

jueves, 13 de febrero de 2014

Los Nastys - Madrid Es Un Cementerio



Los zombis han conquistado la ciudad y nosotros nos estamos armando hasta los dientes en las cocinas de un instituto de educación secundaria local. Sus hordas acaban de alcanzar las puertas de la instalación y un sordo bullicio llena los pasillos de hedor y de miedo. Apilamos unas mesas para atrancar las puertas y ganar algo de tiempo mientras ellos no dejan de aporrear la puerta apilándose con violencia para intentar derribarla, en el último instante saltamos al patio trasero y nos derrumbamos por entre las basuras, para cuando conseguimos incorporamos el patio está infestado de muertos vivientes, así que cambiamos de plan, sacamos cuchillos y palas y nos lanzamos a una lucha sin cuartel, o ellos o nosotros.

Conseguimos que la masacre nos conduzca hacia el aparcamiento y retomamos el plan original. Eli y Alex se parapetan dos coches por delante, mientras yo me cuelo en el 4x4 grande que está en el centro del parking. Cuando la masa informe de los no-muertos comparece en el aparcamiento Alex y Eli les pegan fuego a base de coctel Molotov caseros y la turba se fragmenta. Yo no acierto a conectar la carga explosiva y a mis amigos se les agota el tiempo y los recursos, así que, acorralado por mi fatal contratiempo, Alex me alcanza el último coctel Molotov y regresa junto a Eli sabiendo que su momento acaba allí. Yo corro con lágrimas en los ojos y como si fuera un quarterback de fútbol americano, me detengo en seco, hago un reverso y lanzo el coctel contra el 4x4 que estalla en un millón de pedazos, aniquilando aquella pesadilla de cuerpos putrefactos.

Me he salvado, soy el prota, he acabado con los zombis, pero me siento amargamente solo, mis amigos han muerto y sus cadáveres se extienden por todo el parking. Oteo con mirada perdida la calle arrasada, cuando Eli se incorpora grotescamente por la total ausencia de sus extremidades superiores, después comienza a hacerlo el resto, en cuanto huelen mi sangre, sus glaucas miradas se incrustan en mi figura. No huyo, no tengo a donde ir, sereno aguardo el final para reunirme con mi gente, aunque sea para no-morir.


jueves, 6 de febrero de 2014

Depedro - Un Hombre bueno



El final del invierno parecía no llegar nunca y los escasos claros de sol naufragaban inseguros en un cielo hosco y encapotado ante la profusión de dilemas que acechaban aquella partida. Miguel aguardaba serio junto al párroco, viendo poblarse poco a poco el muelle de una multitud ajena a la marinería que se formaba principalmente por pastores montañeses y alegres campurrianas. Aguantaba los nervios atados bajo una chaqueta de viaje que su madre le había mandado confeccionar especialmente para abrigarlo de las posibles desventuras que tan largo viaje pudiera acarrear. Bulliciosos los amigos se acercaban en tropel y gastando bromas, como para ahuyentar los nervios en este último trago antes de la partida. A los chiquillos más pequeños parecíales increíble que aquellos enormes navíos flotaran en las engrasadas aguas del puerto, nunca vieron algo igual en sus pequeñas aldeas de montaña. Las chiquillas no pudieron sujetar los nervios y la risa ante la inmediata aparición de la bella Elena, la novia, pero ellas no tenían la obligación de guardar las formas, como parecíase que sí tenía obligación el pobre Miguel.

Pero una vez se encontraron sus miradas la multitud desapareció junto al sonido de los aplausos, los vivas y los recios versos a capela de un romance montañes. Todo transcurrió con mucha más dulzura de lo que hubieran esperado, las lágrimas de la suegra, las voces de los amigos y las bendiciones del párroco resonaban de fondo mientras sus almas sentían que estaban donde querían estar. Y así partió el barco de las Américas, con viento fuerte del Norte y dos corazones latiendo por esta nueva alianza que poseía un camino por descubrir y una nueva vida por vivir.
 

Un Hombre Bueno

Era un hombre bueno
de abrigo y sombrero
miraba a la calle
y veía desiertos

Era una paloma
buscando un marinero
llevarle el mensaje
que ya no había puerto

Y me decía,esto va salir bien
y repetía,no se por donde fue
y que sabia,como andar de pie
y me pedía,que le ayudara a ser
un hombre bueno,un hombre bueno
un hombre bueno,un hombre bueno

Eran tres hermanos
que lo tenían todo
pero llego el invierno
y congelo su sueños

Había un anciano
con brillo en los ojos
de ver como de nuevo
está cambiando el tiempo

Y me decía,esto va salir bien
y repetía,no se por donde fue
y que sabia,como andar de pie
y me pedía,que le ayudara a ser... (bis)

un hombre bueno,un hombre bueno
un hombre bueno,un hombre bueno Hombre bueno