Los californianos Foster de People quieren seguir estirando un poco más aquel chicle que les ha dado tantos éxitos el pasado año y que se llama “Torches”, así que han cogido su tema más corto y se han marcado otro video, cuando menos llamativo, por el cual les vamos a perdonar la murga, siempre y cuando sigan haciéndonos reir con tan dislocadas historias de buenos, malos y faltos, donde terminas por no saber muy bien quien es quien dentro de este singular síndrome de estocolmo, en el que personajes patrimonio del populacho se ve empujados a montar aquel caballo salvaje que es la vida en directo, pura acción.
Don't Stop (Color On The Walls)
Walk little walk
Small talk, big thoughts
Gonna tell them all just what I want
That street two streets I see you and me
Hanging on the empty of swings
'Count high low don't worry my eyes are closed
I'm a superman and it's my show
One shoe two gonna kick with my new shoes
I'm going to kick until I need new shoes
Yeah, Yeah
I said don't stop, don't stop, don't stop
Talking to me
Stop, don't stop, don't stop
Giving me things
I run, they run everybody run run
And we're all just having fun
Sleigh ride, boat ride, piggy back ride
I'm going to show them all how I can ride
One, two, three close your eyes and count to four
I'm going to hide behind my bedroom door
Crayons on the wall, I'll color on them all
I'll draw until I've broken every law
Yeah, Yeah
I said don't stop, don't stop, don't stop
Talking to me
Stop, don't stop, don't stop
Giving me things
Stop, don't stop, don't stop
Laughing about it
Stop, don't stop, don't stop
Don't stop...
Don't stop, don't stop, don't stop
Talking to me
Stop don't stop don't stop
Giving me things
Stop don't stop don't stop
Laughing about it
Stop, don't stop, don't stop
I said uh, don't stop, don't stop, don't stop
I said uh, don't stop, don't stop, don't stop
I said uh, don't stop, don't stop, don't stop
With me
Cualquier aficionado a la lectura, que se precie, debería recordar que hoy se cumplen 200 años del nacimiento de CHARLES DICKENS.
Por su magnífica prosa, en un inglés de lo más comprensible, pero también, desgraciadamente, porque su mensaje cobra plena actualidad en estos convulsos tiempos de especuladores sin fronteras.
Basada en su propia experiencia, su literatura abunda en la defensa de niños explotados, huérfanos, prostitutas y demás parias de la injusta sociedad, y en su aversión a los egoístas, especuladores y corruptos.
En el prólogo de "A Christmas Carol" escribió:
"Me he esforzado, en este librito de fantasmas, por poner en pie el fantasma de una idea."
Doscientos años después del nacimiento de tan insigne escritor, vivimos tiempos verdaderamente "dickensianos", acuciados por fantasmas que se niegan a abandonarnos.
Los fantasmas de Dickens, el fantasma de Marley, el fantasma de Tom Joad nos siguen acompañando en su difícil tarea de remover conciencias pétreas.
Si no recuerdo mal corría la primavera del año 1993 y aquel día yo había pedido salir pronto en mi primer y recién estrenado trabajo, a eso de las 15:00 horas. Estacionado en la calle me esperaba aquel “Honda Civic Rojo”, donde Diego ya pinchaba a The Cult para mantener candentes los motores de nuestra nave interestelar. Corríamos calle Alcalá abajo y cuando redondeábamos el puente de Ventas para posicionar nuestra astronave en el canal de acceso a ese nudo de gusano que era la M-30, nos pitaron testarudamente desde un pequeño vehículo de serie en donde saleroso nos saludaba un antiguo compañero de carrera que ahora divertía a las masas desde su púlpito dorado todos los fines de semana en las discotecas más selectas de Ibiza y alrededores, extraña concomitancia para la noche que se avecinaba.
El comandante, zurdo aterrizó nuestra nave frente a la vivienda familiar del Calabaza, quien uniformado con su camiseta de Suicidal Tendencies reglamentaria nos saluda mientras saca una cinta del bolsillo que le está quemando entre los dedos. Antes de meter el casete en el reproductor de audio nos informa de que aquello contiene encriptadas nuevas formas de comunicación recién llegadas del otro lado de la galaxia y sin más demora, allí mismo descubrimos por primera vez a los Rage Against the Machine; sus nuevos métodos y melodías, su violencia y su verbo nos propulsan a través de la ciudad en dirección al barrio de Vallecas, donde buscamos un lugar adecuado para estacionar nuestra aeronave que sonríe agradecida al poder interrumpir su actividad. En cuanto ponemos un pie en la avenida de la Albufera comenzamos a ver a fieles conciudadanos de aquel nuestro lejano planeta, algunos en mejor estado que otros, pero intentamos no contagiarnos demasiado de su entusiasmo; todavía tenemos tarea que hacer. Así que localizamos nuestro lugar de encuentro y nos introducimos en un pequeño local que hace las veces de bar a modo de tapadera, pero que en realidad es nuestro campamento base o lugar de encuentro para el resto de la organización.
Como bien dicta la prudencia y para no levantar sospechas fueron llegando por separado y en alterados itinerarios todos los componentes de esta operación, primero llegó María, de atractivo taimado y adoradora de The Cult; al cabo de un rato Edu, contrabandista de material discográfico y responsable de mi primera escucha del “Master of Puppets”, y Gema, otra de las legendarias seguidoras de Metallica.
Una vez repasado al completo el plan de acción y convenientemente empapados nuestros espíritus por la cerveza local, emprendimos el último paso, el que daba acceso al interior del lugar del acontecimiento, ese campo del Rayo donde pasamos sin problemas todos los controles de acceso para ganar la bocana de los vestuarios desde donde nos introdujimos en medio de un masivo partido de futbol “Melenudos vs Heavys” con una pelota hinchable de tamaño colosal a la altura de aquel mastodóntico escenario donde los más fanáticos se agolpaban para presenciar de cerca aquel fantástico evento que protagonizarían primero, nada más y nada menos que The Cult, seguidos de Suicidal Tendencies y que finalizarían aquellos dioses del metal que eran Metallica, en su gira “Wherever I May Roam”, por aquellas lejanas tierras.
Poco antes del comienzo del concierto establecimos contacto con “El Gran Alo”, el hermano mayor de Gema, quien había sido interceptado con su compañero de viaje en un control de acceso y se había visto obligado de ingerir “in situ” todo el material alcohólico del que habían sido incautados. Intuimos que finalmente pudieron acceder, pero nos fue imposible volver a establecer contacto.
Así que con el sol aún presente salieron The Cult y tras lo chocante que supuso ver a Ian Asbury sin su india y larga melena, al final no era Sansón, The Cult nos golpearon con su rock y su actitud para no desmerecer a la cabeza de cartel, nos exprimimos durante esta primera actuación, sobretodo Diego, servidor y cierto sector femenino.
Con el sol ya poniéndose salieron muy fuerte Suicidal Tendencies para ejecutar sus cuarenta minutos de hardcore-metal y skate-punk que en aquellos años 90 sonaban a extravagancia futurista recién estrenada, perdimos comunicación con el Calabaza. En aquel momento nadie podía imaginar que aquel joven bajista llamado Robert Trujillo, acabaría tocando algún día con los mayores.
Una vez se hizo la noche aparecieron los protagonistas de la noche, recibíamos insólitos informes del Calabaza, saturados de interferencias, así que seguimos afianzando nuestros pies al terreno para no perder a más miembros en esta misión. Las mujeres pasaron al núcleo central del grupo y aguerridos nos apostamos para aguantar las embestidas de lo que tenía que venir.
Hace tantos años que no podría recordar el set-list, pero mis entrañas recuerdan que aquellas tres primeras canciones nos clavaron las espuelas en el lomo y galopamos entre pogos intentando mantener la verticalidad y los cuernos en alto. En alguna ocasión Edu y yo nos vimos obligados a realizar ciertas acciones rápidas en venganza a previos y malintencionados codazos y empellones.
En una de las pocas ocasiones en que levanté la cabeza pude observar con asombro aquella grada repleta de melenas con el brazo arriba marcando el aire al unísono en una simetría perfecta como sólo los heavys saben hacer.
Aquello terminó en un éxtasis metalero bajo un chaparrón veraniego que avivó nuestras fuerzas para alcanzar el límite y cruzar la meta final. Sólo después del apagón nos dimos cuenta del final del concierto, ya que el zumbido continuaría en nuestras cabezas durante horas. Con la flojera en nuestras piernas, pero felices de sobrevivir, salimos del estadio y paramos en la primera acera con la que nos encontramos para comprar unas camisetas, yo andaba completamente poseído por aquella experiencia, así que compré la camiseta más brutal de Metallica que se podía encontrar, tipo el resplandor, ella me acompañó muchos de mis años mozos, hasta que una mañana la hicieron trapos porque tenía un, para mí insignificante, roto en la espalda, seguramente ahí perdí la inocencia.
Estaba rebuscando en ese gran basurero que utilizan las regiones del norte para almacenar aquellas no-cosas que nunca se sabe si se volverán a utilizar, al igual que aquellos ancianos con el síndrome de Diógenes que viven empujando su carro de la compra abarrotado de despojos en dirección a aquellas casas infectadas de mamíferos domésticos, y mira por donde hoy me he encontrado con un chusco trió musical con nombre afrikaans, pinta de rusos chungos y la actitud bizarra de un Cocodrilo Dundee enganchado a Prodigy, en la versión extrema de Shameless. Los sudafricanos Die Antwoord han dejando los barrios bajos, para instalarse en Beverly Hills y como una imagen vale más que mil palabras, por una vez y sin que sirva de precedente, voy a ser breve.
ASÍ ES COMO SE PARTE EL BACALAO EN CIUDAD DEL CABO.
TEN$ION es el segundo álbum de una banda indefinible formada por "Ninja", "Yo-Landi Vi$$er" y DJ Hi-Tek. Su puesta en escena ha hecho que apenas un par de años después de su formación ya rapearan en el Cochaella 2010 o en el Sónar 2011 por ejemplo.
Siempre resultan curiosas las sorpresas que nos depara el azar. Recuero haber contado aquí, hace más o menos un año, la separación oficial de The White Stripes como el fin de aquella apasionada relación, y mira por donde, pasado el prudente período de luto, reaparece Jack White, navaja en mano, para anunciarnos su trabajo en solitario, presentando un primer corte con el título más significativo y más perturbador. Tras las primeras y adictivas escuchas me reafirmo en lo anteriormente mencionado y tan teatralmente fantaseado.
Seguramente nada de lo que estoy contando tenga sentido y sólo sea fruto del penetrante halo que desprende este “Love interruption”, pero una relación profesional tan estrecha como la de Jack & Meg, esos dos músicos, se presta perfectamente a dicha analogía sentimental y aunque indudablemente ésta sea una falsa impresión, a mí personalmente, me ha sobrecogido escuchar la voz de Jack intentando levantarse del fango, para seguir caminando mientras trata de despojarse de todo el dolor, en acústico, y escoltado por la voz de otra, de quien ahora le cura las heridas y le ofrece su eco a través de aquella oscuridad que se cierne a los bordes del camino, en sus aciagos pensamientos.
Love interruption
I want love to roll me over slowly
Stick a knife inside me and twist it all around
I want love to grab my fingers gently
Slam them in the door way, put my face into the ground
I want love to murder my own mother and
Take her off to somewhere, like hell or up above
And I want love to change my friends to enemies, change my friends to enemies
Show me how it's all my fault
No I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me
I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me
Yeah I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me
Anymore
I want love to walk right up and bite me
Grab a hold of me and fight me, leave me dying on the ground
And I want love to, spit ... opening, cover up my ears and never let me hear a sound
I want love to forget that you offended me,
Or how you had defended me when everybody taught me down
And I want love to, change my friends to enemies, change my friends to enemies
Show me how it's all my fault
I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me
I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me
Yeah I won't let love disrupt, corrupt or interrupt me