lunes, 13 de junio de 2011

DISCOS FAVORITOS (y visiones delirantes) III

Quisiera romper una lanza a favor de la escucha de completa de discos y así combatir contra esta inmediatez que nos acucia y que no nos deja disfrutar lo suficiente de cada disco, entiendo que, a veces, son muchos los artistas, muchos los discos y poco, muy poco el tiempo.
Así que en esta tercera entrega optaré por contaros las insólitas visiones que me sugiere este disco de James Blake, no voy a entrar a valorar la calidad del disco, pues, en esto como en el amor, no hay instrucciones ni explicaciones posibles.

  JAMES BLAKE (James Blake)
1.      Unluck: http://vimeo.com/21248057
Procesional comienzo que no quiere engañar a nadie, este viaje no va a ser fácil. James juega con su voz haciendo ecos, superposiciones y filtros, decorando pausadamente este primer tema que irá "in crescendo" como el temor de una madre a que algo le ocurra a sus seres queridos y que se interrumpirá drásticamente, como un resbalón.
2.      Wilhelms Scream: http://www.youtube.com/watch?v=MVgEaDemxjc
Suave y dulce nos susurra este sueño que llega tan hondo como el amor, su caída nos transporta a una dimensión sin gravedad, mientras caemos suavemente en su pozo infinito, sin miedo, porque sabemos que en el desenlace nos esperan las caricias y el afecto. Así son los sueños, sin explicaciones. Os dejo otro video de una actuación en directo para la BBC.
3.      I Never Learnt To Share: http://vimeo.com/23150656
“Mis hermanos no me hablan, pero no les culpo”. Recorremos la canción a lomos de tan enigmática frase nacida del dolor y la sensación de culpa; madurada con cierta indiferencia a causa de la reiteración y el resentimiento, y que renace de sus cenizas cual ave fénix techno para rescatar tan sólo el final de la frase y así reconciliarse con sigo mismo y con el mundo en una venerable y algo beata epifanía final.
4.      Lindesfarne I y II: http://vimeo.com/23150435
Admito que es completamente fantasía mía, pero parece como si James hubiera estado jugando con una de sus maquinitas a meter su voz, buscando nada en especial y ha conseguido darle emoción a esa voz sintetizada y pasada por los filtros de su artilugio mecánico. Podría ser un principio en el que las máquinas empiecen a demostrar sentimientos y así conquistar nuestro corazón.
Superada la sorpresa inicial se decide a agasajar a esa voz sintética musicando sus versos para que tenga la oportunidad de expresar en su totalidad esos sentimientos escondidos dentro de cables, chips y teclado. Un ejercicio bien ejecutado. El vídeo que acompaña a estos dos temas del disco, uno si lo escuchas en directo, habla de despedidas de la manera más impúber e imprudente que se pueda imaginar. Ay juventud ¿divino tesoro?
5.      Limit to your love: http://www.youtube.com/watch?v=oOT2-OTebx0
Descubrí a James Blake gracias a este tema en el que me vi atrapado al instante, seducido por ese piano intermitente, esa voz que súplica y esos silencios que tanto revelan. Tampoco se puede denominar a este tema como un hitazo en el estricto sentido de la palabra, pero esta oscura turmalina negra brilla con luz propia impidiéndote apartar la vista deslumbrado por su inmensa belleza. Su ejecución en vivo es algo cuando menos insólito.
6.      Give me my month: http://www.youtube.com/watch?v=mBK_guN7114
Nos damos un respiro a piano seco para rebajar la densidad de este universo tan particular, que no de su descorazonador e intrigante mensaje, algo humano.
Tras un tema de respiro vuelve a retorcernos con sus giros imposibles y experimentos a voces y teclados. Añade su voz en femenino para dar la sensación de diálogo en el cual intentan ponerse en la piel del otro todas las almas que habitan en este genio, para así poder comprender.
8.      Why dont you call me: http://vimeo.com/23179050
En uno de los temas más Antony es donde James Blake nos representa otro diálogo figurado para ilustrar ese lamento que da título a la canción y que aún siendo tan breve pinta una escena tan compleja como tu la quieras ver.
9.      I mind: http://vimeo.com/24083490
Sin dejar espacio para la reflexión nos aborda con otro mantra, musicalmente más electrónico, que profundiza en su "haiku" hasta lo más profundo de su naturaleza. Podría ser la respuesta al anterior enigma, un cuadro abstracto o cualquier otra cosa que no alcanzamos a comprender, pero nuestras limitaciones no le restan un ápice de belleza al proyecto. James propone y nuestra fantasía dispone.
Nos despedimos con órgano y sosiego pues los oídos como los músculos tienen memoria y la mejor opción siempre es dejarles buen sabor de boca para que quieran repetir el esfuerzo al que han sido sometidos. A ritmo de góspel salimos de esa iglesia que es nuestro alma, alegres por haber sobrevivido y repitiendo su letanía sobre la soledad y nuestro fútil intento de ignorarla.

No poseo ninguna base científica o académica con la que sostener las alucinaciones que despiertan estas canciones en mis sueños, lo único que puedo es ratificar el mérito que tiene James Blake, al menos en este disco, en lograr atmósferas que te transporten a otro mundo, en cada una de sus canciones.

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