Aunque de nunca fue muy recomendable en las noches de mi juventud, hoy vamos a mezclar, un poco de grupo madrileño, con otra pizca de banda de vallisoletana; bastante de una banda sin vocalista, con la voz de un trío; unas gotas de un veterano grupo de surf, con la semilla de una de las promesas del pop-rock patrio. Corizonas son la suma de Arizona Baby, una de esas nuevas bandas claramente responsables de la buena salud del pop-rock nacional y admiradoras de Los Coronas, aquella banda que lleva veinte años trabajando, que pioneros se patearon todos los rincones de Estados Unidos y que seguramente ha triunfado más fuera que dentro, ya que aquí no conseguimos encajar bien su buen rock si nadie nos lo canta. El pasado año ese recíproco buen rollo los terminó por empalmar en un proyecto conjunto que sorprendió tanto al público que, fundidos, Corizonas se han atrevido a seguir tirando de la cuerda sin saber ciertamente donde les llevará, pero que tiene la pinta de una reinvención por renovación en la retroalimentación, brindándonos resultados tan atractivos como atrevidos. Son españoles pero cantan en inglés, son nuevos pero son viejos; son uno pero eran dos, si no te gustan no son ellos, eres tú.
Eso sí, el bailecito me recuerda sospechosamente al Dilly de Band of Horses.
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