Aunque no lo parezca todo esto es muy sencillo. Imagina por un momento que estamos en los 90 y que te has criado en un pueblo a las afueras de la gran ciudad, uno de tus colegas posee el eficaz apodo de "El Bravo", así sin más. Pasáis las tardes en la valla de piedra que hay justo donde entra la carretera; un día como otro cualquiera, mientras estáis fumando, el te confiesa que su grupo favorito es Duncan Dhu, estupefacto te da por reír, pero no muda el gesto; sabes que es un tahúr, así que apagas el cigarro con el pie y te diriges decidido hacia su coche, su cara de póker no da muestras de inquietud alguna, entonces abres la puerta y te topas con todas aquellas cintas de los navarros en la guantera de su “Fiat”, Bravo, para ser más exactos. Llegados a esta realidad lo mejor que puedes hacer es acomodarte en el asiento, girar la llave y pulsar el play, mientras adviertes como se le dignifica el gesto a tu amigo, con esa mirada al horizonte. Esa tarde crees en las pelis de buenos y malos, esa tarde sabes que "El Bravo" es de los buenos, te sientes auténtico, esa tarde habrás huido de Matrix y descubrirás que el bando rebelde lo dirige el mismísimo Chuck Norris desde la sombra de 8:00 a 17:00, de lunes a viernes y los sábados, de 9:00 a 14:00.
Más o menos esto es lo que acontece cuando tienes amigos que son fruto de la tierra, cánones de lo llano y natural, auténticos como las piedras del camino, estos colegas son los que nos mantienen pegados a la tierra para que no salgamos flotando detrás de nuestros sueños.
En algún lugar
En algún lugar de un gran país
olvidaron construir
un hogar donde no queme el sol
y al nacer no haya que morir.
Y en las sombras
mueren genios sin saber
de su magia concebida sin pedirlo
mucho tiempo antes de nacer.
No hay camino que llegue hasta aquí
y luego pretenda salir.
Con el fuego del atardecer
arde la hierba.
···
En algún lugar de un gran país
olvidaron construir
un hogar donde no queme el sol
y al nacer no haya que morir.
Un silbido cruza el pueblo y se ve
un jinete que se marcha con el viento
mientras grita que no va a volver.
Y la tierra aquí es de otro color,
el polvo no te deja ver,
los hombres ya no saben si lo son,
pero lo quieren creer,
las madres que ya no saben llorar
ven a sus hijos partir.
La tristeza aquí no tiene lugar
cuando lo triste es vivir.
olvidaron construir
un hogar donde no queme el sol
y al nacer no haya que morir.
Y en las sombras
mueren genios sin saber
de su magia concebida sin pedirlo
mucho tiempo antes de nacer.
No hay camino que llegue hasta aquí
y luego pretenda salir.
Con el fuego del atardecer
arde la hierba.
···
En algún lugar de un gran país
olvidaron construir
un hogar donde no queme el sol
y al nacer no haya que morir.
Un silbido cruza el pueblo y se ve
un jinete que se marcha con el viento
mientras grita que no va a volver.
Y la tierra aquí es de otro color,
el polvo no te deja ver,
los hombres ya no saben si lo son,
pero lo quieren creer,
las madres que ya no saben llorar
ven a sus hijos partir.
La tristeza aquí no tiene lugar
cuando lo triste es vivir.
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