Quien no recuerda esa línea de bajo y ese "o neneno nenó nenó" que forman parte de la memoria colectiva cuando hablamos de hip-hop, seguramente "Rappers Delight" debe de ser una de las bases más utilizadas de los todos géneros musicales y seguro que también uno de los temas de hip-hop más largo.
Las paradojas de la vida decidieron que Sugar Hill Gang, una banda formada por unos productores para dar el pelotazo y no muy bien vista por un importante sector de la escena hip-hop de aquellos años, expandieran este género a nivel mundial. Consiguieron situarse en todas las listas de éxitos como pioneros de un movimiento hasta entonces muy underground, abriendo así una veta por la que con los años se fue colando el resto del movimiento hip-hop pertinaz e implacable como la base de aquel primer éxito.
Si bien es cierto que Sugar Hill Gang no hizo mucho más por la causa, en mi caso personal sí fue responsable de un descubrimiento vital a la edad de 9 años que cambiaría mi concepto musical, aquella mañana de sábado, sentado como estaba en el cuarto de mi vecino Sergio, escuchando aquel pequeño disco a 45 revoluciones soltando un interminable monólogo en una lengua que desconocía completamente, pero que seguramente trasformó mi pequeño e inocente concepto de lo que era un bombazo por aquellos años.
Luego vinieron Las Ketchup y cerraron el círculo al aniquilar cualquier vestigio de dignidad del primer éxito del hip-hop, devolviéndoles la sonrisa cáustica y el destello en el diente de oro a aquellos puristas underground que clamaron frente al excesivamente laureado “Rappers Delight”.
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