Me considero más idiota que imbécil, soy idiota, idiota porque aún mantengo viva la idea romántica del amor, soy idiota porque creo en la amistad y en la buena voluntad de las personas, soy ingenuo al creer que es más importante tener la conciencia limpia y tranquila que la cartera llena y creo en otras tantas cosas idiotas... gracias a ello soy más idiota que imbécil; pues imbécil es el que no piensa, ni tan siquiera en idioteces, como es mi caso, ni tan siquiera se plantea cambiar nada de su sintético universo pues se conforma con aceptar las injustas reglas del juego y hacer negocio con ellas, aprovechar cualquier ajeno tropiezo para conseguir su objetivo, el imbécil es un ser incapaz, de ahí que se vea obligado a ser pelota, rencoroso y mezquino; el imbécil es el hipócrita que lee con avidez El principe de Maquiavelo seguro de que el fin justifica los medios, su rol pasó de moda hace mucho tiempo ya, pero sigue siendo imbécil y eso es debido a su incapacidad para evolucionar, es muy miedoso y el miedo, ese sentimiento tan dañino para la raza humana, es el que le lleva a reirse del idiota para así no sentirse tan imbécil, con esta sencilla artimaña engaña a su fragil conciencia impidiéndose a sí mismo la aceptación de los errores propios, un principio básico para tan necesaria evolución.
En este punto me gustaría aclarar que esto no es una proclama contra el imbécil, puesto que yo también soy imbécil, todos llevamos dentro a un idiota y a un imbécil, son la herencia de tiempos lejanos y cercanos, de errores cometidos y de aciertos encontrados, los idiotas y los imbéciles son parte de la evolución hacia un hombre siempre mejor y cuando digo evolución me refiero al hombre en sí mismo y no a lo que el hombre puede llegar a hacer, que ahí ya evoluciona bastante, aquí hablamos de puertas para dentro que es donde creo que más nos hace más falta si no queremos bajar un escalón en el proceso evolutivo. Por todo lo anteriormente desarrollado yo desde aquí pido un voto de confianza para el idiota por que a parte de la obviedad de ser menos dañino para todos, además el idiota es sincero, y con sinceridad se pueden construir personas mejores y ese debería ser nuestro objetivo. Se que es un argumento algo idiota, pero es que el imbécil ni tan siquiera tiene discurso, actúa por inercia, sin pensar.
Ni eres idiota ni imbécil. Un beso
ResponderEliminarEstoy con Elena (aunque no sea helena), no eres...
ResponderEliminarPero yo... puestos a ser, prefiero, etimológicamente hablando, ser Imbécil que Idiota, Ignoto que Ignaro, Ilegible que Ilegitimo, Iluso que Iluminado, Imaginar que Imitar, Impecable que Implacable, Imparcial que Imperial, Implicar que Implorar, Impoluto que Impostor, Impregnar que Imprecar, Impulsar que Imponer, Impuro que Impune, Indeciso que Indecente, Inculto que Inculpado, Indigente que Indigno, Indultar que Inducir, Inerme que Inerte, Infausto que Infame, Infimo que Infiel, Influir que Infligir, Ingeniar que Injuriar, Inmundo que Inmune, Inocente que Innoble, Insensato que Insalubre, Instar que Instigar, Interrogar que Interrumpir, Intimar que Intimidar, Inusitado que Inútil, Invención que Invasión, Invitar que Invertir... y, por supuesto, prefiero IMPRIMIR que IMPRESIONAR.
Salud, sed felices, vivid largo y prosperad (en la medida de lo posible)