Jafoman es un tipo grande, pero que muy grande y yo tengo la suerte de ser amigo suyo y de haber vivido todo el proceso de creación y de maduración de este proyecto que tenía metido en la cabeza prácticamente desde que descubrió que tenía la suficiente coordinación como para tocar los bongos; después de volvernos locos a todos con los bongos le entró la locura por el djembé, que ha sido su amante de piel y leña estos últimos diez años y el principal culpable de que su enfermedad ya no tenga cura. Así que enfermo como estaba por la percusión brasileña, comenzó a buscar aliados para la causa dentro de su propio grupo de amigos y poco a poco, año tras año, comenzó a enseñar a tocar a todos y cada uno de sus íntimos, Pepas a parte, y mientras, aprendía a tocar todos los instrumentos relacionados con la percusión que se cruzaban en su camino. Pasado el tiempo y mucho pero que mucho esfuerzo ha conseguido que Sambakiteria se pateara todos los pasacalles de Madrid, que se volvieran protagonistas en Sambeando, que tocaran en un improvisado bolo nocturno para Carlos Jean, ha conseguido que más de uno descubriera asombrado un oculto talento para la música. Todo esto campeando esposas, esposos, embarazos, hijos, hijas, trabajos, preocupaciones, crisis económicas y partidos de Champions. Habían muchas piedras en el camino, pero nada ha conseguido parar este delirio por la percusión que ha convertido en realidad el sueño de todos los componentes de Sambakiteria y por extensión de sus aledaños. Bravo por Sambakiteria. Lo que habéis conseguido es todo vuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario