Seguramente fue lo más auténtico que me he encontrado en mi vida. Nunca había visto algo tan genuino como Morphine. Una banda embarcada en una misión secreta que nadie alcanzaba a comprender, pero que a todos fascinaba. Eran la cosa más rara y sugestiva que te pudieras echar a la cara. Ellos marchaban flemáticos por el agreste camino de cabras que circula paralelo al blues y al rock.
Tras su previo paso por la banda anternativa Treat Her Right, la lumbrera de Marc Sandman decidió saltarse todas las reglas y comenzar con algo nuevo, algo imprevisible, algo, que posiblemente tan solo existiera en su cabeza. Morphine tuvieron la osadía de cavar tan profundo como para asustar a la mayoría de estaciones de radio USAnas, pero aquellos profundos susurros desde el abismo calaron hondo en un público que se avituó a no poner barreras a la percepción y así pasar a formar parte de un proceso nuevo y revelador. La pena es que nos abandonara el visionario de esta extraña revolución en medio de la batalla, pero quien sabe si aquello no formaba parte de un plan para empujarnos a abandonar el nido.
Personalmente le tengo un enorme cariño a "Yes", pues con él fue mi primera vez. Su ocasional escucha me ayuda a sobrellevar el tedio de la monocromática vida moderna.
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