Uno de los templos que cobijaron a mi juventud noventera es sin lugar a dudas la Sala Reciclaje. Un antiguo granero convertido en garito rock con música en vivo. Un garito que ya desde su nombre rehabilita. Si bien es cierto que en la capital del reino la oferta musical en vivo puede llegar a ser desmesurada, la Sala Reciclaje para la sierra de Madrid es lo que el último reducto de la Galia para Astérix. Un edén aferrado a la música rock y alejado de las corrientes predominantes ya fueran aquella Mariah Carey o este nuevo semidiós electro-latino medio calvo que tiene nombre de perro.
Esta cantina desde su tabernáculo de madera, al mejor estilo Liliput, y su enorme chimenea me han visto disfrutar, me han visto escribir, me han visto cantar, me han visto enamorarme una mil veces, me han sufrido poseído por los narcóticos, incluso alguna blanca me he tenido que cenar frente a sus formidables y regios portones.
Escenario |
Casi todos los grandes recuerdos de la pequeña manada a la que pertenezco se adornan sobre el mismo escenario, recuerdo celebrar clandestinamente la fiesta de la camisa más hortera, planear unas elecciones para alcalde de la camada, recuerdo pasarnos servilletas de nariz a nariz, meter petardos dentro de otros petardos, espiar de reojo y a escondidas a "La Flanes", recuerdo partirme el culo en sus pequeñas y trípodes butacas de madera, literal, recuerdo debatir con "El Puro" sobre el soporte del tejado y la distribución de su peso hacia las columnas laterales, recuerdo ligar con la chica equivocada, recuerdo pedir autógrafos al peor grupo jamás visto, recuerdo surgir a la luz bajo la arisca mirada de los camareros escoba en mano (perdón), recuerdo haber visto a bandas como El Reverendo y el Gran Wyoming, Ñu, Labanda, incluso recuerdo ver despegar a unos universitarios Combo Linga...
La Sala Reciclaje era nuestro punto de encuentro cuando no existían la tecnología ni teléfonos móviles. Era nuestra casilla de salida, aunque muchas veces se convirtiera en la cárcel del tablero de La Oca. Sabías como y cuando entrabas, pero nunca cuando y como salías.
Por supuesto que tengo un pelotón de ecos sonoros nacidos en esta sala, pero me voy a tomar la licencia de ilustrar esta batallita del abuelo con un tema de sencilla factura, letra reveladora y final supervitaminado y mineralizado.
pa pararará pararará pararará...
These Boots are Made for Walking
Sigues diciendo que tienes algo para mí
Algo que llamas amor, pero confiesa
Has estado metiéndote en líos donde no deberías haberlos tenido
Y ahora alguien se está llevando lo mejor de ti.
Estas botas están hechas para caminar y eso es justo lo que harán
Uno de estos días esas botas caminarán por encima de ti
Sigues mintiendo, cuando deberías decir la verdad
y sigues perdiendo, cuando no deberías apostar
Sigues igual cuando deberías estar cambiando
Ahora lo que está bien está bien, pero tú aún no estás bien.
Estas botas están hechas para caminar y eso es justo lo que harán
Uno de estos días esas botas caminarán por encima de ti
Sigues jugando cuando no deberías jugar
y sigues pensando que nunca te quemarás
¡Ha!
Acabo de encontrar una nueva caja de cerillas sí
y lo que yo sé, tú no has tenido tiempo de aprenderlo
Estas botas están hechas para caminar, y eso es justo lo que harán
Uno de estos días esas botas caminarán por encima de ti
¿Estáis preparadas, botas? ¡Empezad a caminar!
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